Hace tiempo que construyo una casa flotante… Aunque pensándolo bien la estoy construyendo desde que nací. Su objeto principal consiste, claro, en su flotabilidad, luego su navegabilidad y quizá también algún tema a propósito de la estética. Pero lo que más me ha preocupado a través de los años ha sido su equipamiento.
Durante mucho tiempo pensé que toda la música que contuviera estaría confiada a Strawinski, Dvorak o Rimski-Korsakov. Con el tiempo fui aceptando a Ravel y Debussy. Hoy no concibo navegar sin llevar conmigo a los maestros Elgar o Frank.
Más difícil ha resultado elegir los códigos de navegación ya que de nada sirve analizarlos y considerarlos obsoletos o falsos. Las autoridades navales te obligarán de todos modos y sin atender razones a respetar los que ellos consideran apropiados.
Sé que en algún momento deberá hundirse, sin embargo intento construirla como para que sea eterna.
El choque permanente con otros constructores desgasta las pocas energías que me quedan y ronda en mi cabeza la idea de abandonar el trabajo. Además me doy cuenta que mi intelecto, hasta hoy considerado alma mater y factotum, juega un papel menos que secundario y la idea de la obra estaba ya en cada una de mis células.
Ahora disculpen que debo irme pues la tarea es ardua… en realidad no quiero… pero debo… perdón.
sábado, 24 de mayo de 2008
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9 comentarios:
Juan, qué divino lo de tu casa flotante. Para mí que no es un cuento, que eso debe ser verdad; sé que vos sos medio homofaber. Me gustó eso de soñarla antes y durante, aún sin acabarla nunca. Y más me gustó que antes que nada pensaras en qué música le vas a poner.Me hinclino ante Usted, Capitán.
Si algún día la terminás, ¿nos llevás a dar una vueltita?
Juan, querido!!! Esa casa flotante tiene forma de sueño tejido y entretejido desde el antes. Lo que es seguro, es esa especie de deber construirla, pero que dificil se hace terminarla cuando vamos creciendo y entendemos que aquello que creíamos "única verdad" ya no lo es tanto, que la música que nos parecía imprescindible, ya ha dejado de serlo. Incluso el sueño en si mismo ha cambiado y aquello que soñabamos de a uno, tal vez ya lo hagamos de a dos!!
Lo cierto es, querido PASCUALERO, que no se puede abandonar jamás, la construcción infinita de esa "casa flotante"!!
Te dejo un enorme beso lleno de aire, para que flote hasta tu lugar!!
Sil.*
Por supuesto flaca, también está invitado El de platinada cabellera. Y sí... somos descendientes del homo habilis y también (cada vez menos) del homo erectus. Te voy a contar un secreto: yo descubrí el enigma del eduardito elgar. Ese día lloré. Besos.-
Sil: !Como sos!¿Aún no tenes claras las coincidencias?
Escribiste lo mismo que yo con otras palabras...
Esa casa parece más hecha para volar que para navegar... Un abrazo
Pedazo de posteo Juan...
Me emocioné, quizá porque la amistad me ha hecho sentir el sueño de esa casa como propio.
Lo de Elgar vamo a ver. Espero que me convenzas. ¿Desde cuando tan británico?
pascualero; sos un maldito. el que hayas sido capaz de fabricar un aparato flotante en tu río, me llena de envidia. yo solo pude soñar, inmóvil, a la orilla del mío. y si alguna vez, no muchas, lo navegué, fue en barco ajeno. y, para peor, de alquiler. pero igual fue hermoso. como me gustaría tomar algún mate navegando en el tuyo, olvidarme de clásicos e impresionistas, y escuchar, mientras mirábamos a los árboles de la orilla, a gardel
Don Tata: Hecho! No necesito decir que es un inmenso honor.
juancito; a ver si especificás para quién es el honor. ¿porqué no te das una vuelta por casa y nos tomamos un agua mineral, con o sin gas? hablando en serio; tengo ganas de verte y charlar contigo. un abrazo
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