ANECDOTAS DE UN PEPIANO EN LA CIUDAD DE LOS YACIMIENTOS
Lo que sigue me fue referido por Juan José de Mello e intentaré transcribirlo aunque sin su gracia, por lo menos con su consentimiento.
Gran admirador de nuestros paisajes y de Santiago y su música, cuando Wenceslao fue invitado a pasar unos días en la sierra, aceptó inmediatamente. Seguramente el resultado sería alguna de las hermosas canciones que invariablemente nacían de esta relación.
Llegando de nochecita, fue alojado en una cabaña que Chalar tenía en las afueras.
Una vez instalado, Santiago le ofrece buscarlo a la mañana siguiente. Wenceslao rechaza el ofrecimiento aduciendo querer caminar disfrutando el aire, el canto de los pájaros y todo la inefable de la mágica zona.
Sabiéndolo madrugador, Santiago lo espera muy temprano... Pasan las horas y Wenceslao que no llega... Como a las diez de la mañana decide ir a buscarlo pero no lo encuentra...Vuelve a la casa y sigue esperando... Recién once y media aparece el “perdido”. Antes de saludar y con gesto de muy sorprendido, pregunta: -¿Sabés cuantos boliches hay desde la cabaña hasta acá?
5 comentarios:
¡Juajuajua! Ah, sí, no hay como madrugar para disfrutar los aires serranos... y la caña con pitanga!!!
¿Y salió canción, al final?
;-)
¿Y en qué estado apareció?...
Sí, la canción en cuestion entre otras fué "la bota de potro"
Lástima que los dos estan muertos, me hubiera gustado saber que hubiera hecho santiago con "el chasque Feliciano" El poema sin música me eriza la piel.
Flaca: El caballero Varela no acusaba ningún síntoma de ingesta alcohólica. Quizá por su altísimo nivel intelectual.
permiso.
me gustó leer la historia, además porque conocí también una cabaña que santiago chalar tenía en la paloma, porque un verano hace 1000, me hice amiga de su hija, adela. lindos recuerdos.
un gusto leerte.
saludos.
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