1938
De la parte tenebrosa de Sto. Pepe hay que contar algunas cosas aunque no sean muy lindas.
Hay quien dice que las costumbres responden a necesidades sociales. No estoy muy seguro...
A comienzos del siglo XX Sto. Pepe era una sociedad muy machista. Mi mamá ( la “mirunga” ya saben) con ser la mejor pantalonera, chalequera y saquera no podía detentar el título de sastre por la única “razón” de ser mujer. Ella, con mucha cintura se adaptó y no sufrió demasiado.
Mi suegra hubiese querido estudiar algo más que primaria, ya que maestros y allegados le reconocían talento. Su padre no estaba de acuerdo y aquí terminaría la historia si no fuera por un hecho que sucedió hace pocos días. Con ochenta y seis años y un poco de Alzheimar, resulta un poco difícil mantener una conversación coherente con ella, sin embargo en uno de los ratos de lucidez que le otorga la enfermedad volvió al recurrente tema de lo que hubiera podido ser y de lo que vaticinaban sus educadores. Contó el último esfuerzo que hizo una de sus maestras y para demostrarlo extrajo de un envoltorio muy prolijo la carta que ésta enviara a su padre.
Mientras la leía no pude evitar un estremecimiento... Había arrastrado durante setenta años su frustración y contagiado a todos los que la rodeaban su constante dolor e impotencia.
sábado, 26 de diciembre de 2009
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8 comentarios:
Juaaaaannnn:
¡Tanto tiempo!... Esto que contás no es incríble, le ocurrió a varias generacionesespecialmente de mujeres. Trabajo en un lugar donde hace 15 o 20 años atrás algunos padres no mandaban a sus hijos al liceo; hasta hace poco, cualquier excusa les venía bien a algunos para sacarlos.
Lo que es increíble es que tu suegra conservara esa carta, con todo lo que eso implica. Y que vos hoy la publiques. Estoy segura de que es una forma de hacer justicia.
Un abrazo enooorme para vos y para Graciela. Feliz año nuevo. Y espero que disfruten de la casa rodoflotante en estas vacaciones.
¡Pobre señora! Durante toda una vida cargó con esa mochila... la de ver coartadas todas sus posibilidades por el simple hecho de pertenecer a la "otra mitad".
Y al día de hoy esas cosas, más disimuladitas, siguen pasando... Fijémonos en el actual gobierno, y en el próximo, cuantos cargos de peso están ocupados por mujeres...
Juan:
Esto es más bien desgarrador.
Esos hombres, como el papá de tu suegra, seguramente no eran demonios, quizá solamente eran juguetes de la forma de concebir la vida de la sociedad de la época, pero que dan ganas de tomarse el túnel del tiempo y romperles el culo a patadas, dan.
Hoy veo a mi vieja, también con Alzheimer y muriéndose y pienso que para ella fue en cierto modo peor, ya que nunca tuvo ni el consuelo de pensar que pudo ser otra cosa que lo que fue. O fue mejor así, no sé. No darse cuenta.
No tener ninguna carta que mostrar.
Flaca: yo también puedo decir ¡tanto tiempo! En la foto de tu blog veo que aún no te has tomado el vino.
Andrea: De todos modos está mejorando. Hay que tener paciencia.
Santi: Sí, siempre hay justificativos para cualquier actitud. Parece ser que si no sos un santo o un genio no podés escapar de los moldes que te imponen.
La puta...
La palabra "desgarrador" que encontró Santiago describe todo a la perfección.
Y vos Juan me has dejado pensando que el neorrealismo italiano era Disney al lado de tu hachazo...
Aunque pensándolo bien, en Padre Padrone había algo de esto.
Cuando me recupere, volveré a respirar.
Desde que leí esto estoy pensando en el tema.
No quiero ser ácida ni cínica como insinúa el Santi que soy, pero ¿tu suegra no tuvo otro momento en 70 años para sacar a relucir la carta de la maestra?¿otro momento en el que tal vez los hijos le hubieran dicho:-Haz lo que quieras, mamá, te apoyamos.
Estuve pensando seriamente en tirar cuanto papelito tenga guardado para evitarle a mi hijo una situación similar.
Me he sentido frustrada muchas veces por no haber podido ir a la Universidad, pero no fue culpa de mis padres, fue por haber nacido en el interior ,sin medios económicos para irme a Montevideo,y el apremio de que me pusiera a trabajar de maestra lo antes posible.
En cuanto a lo que dice Andrea, recordemos, mujeres frentistas, que la mujer más votada de las últimas elecciones no está de acuerdo con el porcentaje obligatorio de mujeres en las listas.
Un saludo pleno de deseos de felicidad para vos y Graciela, de quien leí en un blog amigo que era una mujer maravillosa.
Sí Fernando, desgarrador como la vida a veces.
Marple: Tenés razón, yo sé que no se puede culpar a nadie directamente, quizá ni siquiera a las circunstancias. Ahora es peor, además de angustia sentiremos impotencia.
Hola!
Es muy bueno lo que haces al contar esta historia. A ella quizá la tuvo que alcanzar el Alzheimer para que pudiera soltarla; es triste, pero es bueno que no se olvide.
La carta es un documento más que interesante. Sin tu explicación uno se preguntaría si así eran los boletines antes, jeje, pero con ella toma una dimensión totalmente distinta. Algunos salen adelante menos heridos que otros (como tu madre, que "no sufrió demasiado"), pero la violencia que se ejerce sobre las personas es la misma. Está bien, ella quizá pudo haber mostrado esa carta en algún momento (coincido con Marple) pero al mismo tiempo vaya uno a saber qué herida le dejó ese hecho que recién los años y las bajas defensas le permitieron sacar.
En fin, lo bueno es que no lo olvides, desgraciadamente hay cosas que han cambiado de forma pero no de fondo.
Un abrazo
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