Tengo ante mí la temida hoja en blanco (es un decir, escribo en la computadora).
Recuerdo algo que leí alguna vez sobre un escritor cuyo sirviente de vez en cuando retiraba la hoja superior(ya sucia) de la resma que inútilmente esperaba la inspiración del artista.
No creo que se tratase de incapacidad o haraganería. Pienso que estaría viviendo, haciendo algo que no se obligaba a contar.
Muchos escribimos para “perpetuar un hecho”, para “modelar el lenguaje”y una cantidad interminable de etc. La verdad es que nos empuja esa fuerza maravillosa y deleznable que es la vanidad. Quizá el escritor ut supra (no pude resistir la tentación) fuera solamente una persona humilde.
Me divagué demasiado. Lo que quería decir en realidad es que llueve, desde mi ventana veo las “santa-Ritas” refrescadas y felices. Llueve, los sauces danzan leves con la lluvia y la brisa. Llueve, no podré trabajar en el jardín (que es el precio que pagaré para salir de vacaciones). Llueve, todo se complica y necesito salir de compras. Llueve, sospecho que la reparación que hice de la ventana sobre la escalera no dará resultado (sí, ya ví el agua en la escalera). Llueve, puta que lo parió.
lunes, 4 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Ah, bendita lluvia! Igual, no llegó a aguarme la caminata matinal por el Prado (apenas si chispeaba cuando volvía).
Ahora está brillando el sol (desde hace 5 segundos, más o menos), así que las santas Ritas tendrán tratamiento completo!
Del "síndrome de la página en blanco" mejor ni hablo, que desde hace tiempazo estoy bastante carente de ideas (si es que alguna vez las tuve!)
Vanidosos, los escritores? nooooooo!
(jejeje)
Por vanidad, sí, claro que por vanidad. Y no para perpetuar nada que al final no hay nada que se pueda perpetuar, ni para modelar ningún lenguaje, que al final es él que termina modelándonos. Vanidad de ser dioses y crear mundos, esa vanidad.
Tu escritor "ut supra"no era humilde. Era el más vanidoso de los vanidosos.Tenía miedo de estropear la hoja y darse cuenta de que no era Dios.Por eso tiraba la pelota para adelante.
Y sí, carajo, llueve, pero ya está entrando el sol por la ventana. Por una o dos horas me alegraré por vos y trataré de creer que los veranos siguen siendo veranos.
Abrazo
Qué cosa con la lluvia, los puebleros chillan y los del campo (no queda nadie en el campo) se ponen contentos.
Recuerdo un dicho de mi viejo, que atendía un mostrador en un pueblo chico, especial para días de lluvia: "Calle mojada, cajón seco."
En cuanto al porqué escribimos, me caben las duras palabras de Santiago, directamente. A mí por lo menos, es duro, pero es.
Un abrazo y buenas vacaciones.
Fernando
Tal cual. La función de la lluvia podría ser generar tranquilidad, paz, etc. pero la mayoría de las veces sólo incomoda. Vemos llover y en vez de pensar "qué hermoso", pensamos "aaaajdflkdjkfjd, me voy a mojar". Me encantaría que lo que podría ser lindo fuero sólo lindo y siempre lindo. O sea, que si algo es bueno no tenga su lado malo. Y que si algo es malo no tenga su lado bueno.
¡¡¡Muerte al Yin- Yang!!!
Publicar un comentario