Cuando mi hijo tenía cuatro o cinco años vino a mí llorando amargamente pues se le había roto un juguete. Para consolarlo no se me ocurrió otra cosa que decirle: -Cuando se te rompa algo, no llores; simplemente me lo das y me decís :-“Arregle papá” y listo, yo te lo arreglo, cosa que pude hacer con el juguete en cuestión.
Durante un tiempo nos causó mucha gracia su gesto decidido mezclado con su media lengua -“Arrrregle papá” cada vez que me necesitaba...
Se tornó dramático cuando presenciamos la muerte de un perrito atropellado por un automóvil. Como le dieron muchas ganas de llorar me pidió: -“Arrrregle papá”. Sentí deseos de llorar, por su dolor y también por mi impotencia, cosa que mi mujer resumió en una frase: -Eso te pasa por bocón.
domingo, 29 de mayo de 2011
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6 comentarios:
Nietzche estuvo 20 años con el asunto ese de la muerte de dios y vos lo resumiste en once líneas.
Che Juan, ¿y vos te quejás de tu poder de síntesis?
Un abrazo
Una enseñanza marcada a fuego,digo,la tuya no?
Metaforica y paradojicamente hablando buenazo.
Y en el trasfono subyace la prergunta ¿ como carajo aprendemos a ser papàs?
salú
JUAN:
Primero y antes que nada, coincido con Fernando en lo que tiene que ver con tu poder de síntesis.
Segundo:
Si bien Yonki hace una buena pregunta lo que yo me pregunto es cómo mierda le explicamos a nuestros hijos que hay cosas que no las arreglan ni papá ni nadie.
Buenísimo!
Bueno, mi recurso es decirle a mi hijo, cuando veo que no puedo "arreglarle las cosas" es decirle -andá a hablar con tu papá.
Arréglense ustedes los hombres para aprender a ser papá.Hay veces que hacerse "la pobre madre" da resultados.No quiero develar más secretos femeninos, así que opto por ser breve:)(y a ver si alguno admira mi poder de síntesis)
abrazos para vos y tu lúcida e inteligente esposa.
Ni me hagas acordar, que estoy llegando a esa etapa en la que mi papá me diga "arregle, hija"!
Cuando nos dan el Diploma de Padres, ya no nos sirve para nada.
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