Todos mis esfuerzos de aquí en adelante se reducirán a lograr sonreír.
He descubierto que la paz espiritual da como resultado una sonrisa (buscaré la paz espiritual).
Me dí cuenta que comprender al prójimo provoca una sonrisa (trataré de ser comprensivo).
Aceptar el universo y sobre todo la vida (sabiendo que así está bien) permite disfrutarlo y sonreír (entonces viviré).
Pero jamás, jamás me permitiré sonreír porque sí. Sería, además de una estupidez, una gran falta de respeto.
viernes, 9 de septiembre de 2011
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6 comentarios:
La entrada me provoca algún revuelo adentro y me parece que enseña que algunos comentarios, este por ejemplo, podrían obviarse. Pero ¿cómo decirte que me arrancó una sonrisa?
Quiero creer que te entendí, mi querido Juan.
Pero no puedo menos que sonreírme dos veces.
¿No estamos grandes para darnos cuenta de todo eso?
Meditalo y reflexioná sobre tu pasado.
Un gran abrazo.
Te odian todos los fabricantes de dentífricos y todos los publicistas del mundo.
Sabelo.
Es interesante que la sonrisa pueda mostrar cosas tan distintas y aun antagónicas. Desde la más lastimosa estupidez hasta la comprensión más amplia.
Gracias a todos por comentar. Estoy sonriendo, con miedo que sea por la primera acepción antedicha.
Acoto que me esmeré por hacer un comentario bien pelotudo.
Bueno, mucho esfuerzo no me cuesta, a qué negarlo.
A mí la sonrisa que me cuesta más es esa que hay que poner cuando te sacan y una foto y gritan :digan "whisky" o "cheese".La verdad? aunque parezca estúpida sigo las indicaciones del ocasional y entusiasta fotógrafo.
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