domingo, 28 de marzo de 2010

EINSTEIN

No aburriré con datos biográficos o de alta matemáticas. Están por todos lados y además no los conozco. Solamente me referiré a un detalle que descubrí o creí descubrir y que modestamente contribuye a conocer mejor a nuestro admirado Albertito. No, no es el hecho que castigara a su mujer o que tocara el violín. Es el siguiente: Einstein no descubrió el fenómeno de la relatividad que lo llevó a desarrollar su famosa teoría. Conocía el experimento de Michelson-Morley (prolijísimo trabajo que incluía un genial interferómetro diseñado y fabricado por ellos mismos) mediante el cual se pretendía medir la diferencia de la velocidad de la luz entre una fuente que se alejaba y la misma cuando se acercaba. Por cierto, sus autores viendo que no se apreciaba la tal diferencia lo consideraron un fracaso
No así Einstein que lo asumió como un dato correcto.
También sabía de las ecuaciones de la contracción de Lorentz consideradas incorrectas por lo ridículo de sus consecuencias.
Nuevamente aceptó los resultados y... voila!! Solamente quedaba admitir que el tiempo podía tener distintos valores en distintas circunstancias y ya está.
Sostengo entonces: la verdadera genialidad del sabio consistió en que no lo asustaran valores inusuales, en su “cintura” para concatenarlos y en una pequeñísima cuota de algo que ameritaría su ingreso en “la cofradía” puesto que Ernst Mach advirtió antes que él lo correcto del experimento.
¿Por qué escribí ésto? No tengo la menor idea.