viernes, 23 de mayo de 2008

Anácdotas de un pueblo (dedicado) al Santo Pepe

Martín, así lo llamaremos, era un joven díscolo e insufrible cuya única finalidad en la vida (por ahora) era esperar la herencia que su padre, sabiamente, había postergado hasta que la mayoría de edad le diera alguna lucidez.
Cuando esto sucedió (lo de la mayoría, no la lucidez), Martín había preparado el acontecimiento de manera muy teatral: Contrató a los músicos de la banda y tomó el tren en la estación “Raigón” a pocos kilómetros de Santo Pepe. Al llegar a la estación, extendieron una alfombra roja y a los acordes de una pomposa marcha militar entró en la ciudad a paso triunfal, inaugurando una serie de dislates que solo podrían haber ocurrido en Santo Pepe…
Una de sus primeras acciones fue contratar a un negro para que entre otras cosas fuera detrás de él pagando todo lo que se le ordenara. La razón que daba era contundente: “Me asquea tocar plata”.
Seguidamente adquiere uno de los recién llegados Ford “T”con el único fin (creo) de cruzar sobre la plaza principal de Sto. Pepe; cosa que realiza hasta que lo detiene un guardia civil. Aunque aún no existía el protocolo actual entre contraventores y coimeros, el milico le advierte que deberá pagar cien pesos de multa. Martín se dirige al negro y le indica: “entréguele doscientos” y ante la perplejidad del agente explica: “es que ahora vamos a pasar para el otro lado”. En fin… con ésta y parecidas acciones (entre las que destaca el intento de llegar a EE.UU. en caballos criollos) Martín gasta el patrimonio tan duramente esperado. Mágicamente se convierte en un ser razonable y humano, trabajador responsable que con el tiempo llega a ser director administrativo del hospital de Sto.Pepe. Esta anécdota pierde interés hasta que Martín (tan menguados sus ingresos) debe reparar por sí mismo el piso de su casa. Sacando tablas podridas, descubre un cofre con miles de monedas de oro. Y… adivinaron (o merecerían haberlo hecho) volvió a transformarse en un energúmeno hasta que gastó hasta el último centésimo. Cuando lo conocí, era un respetable señor mayor que parecía haber sido muy buen mozo…

8 comentarios:

Sil.* dijo...

Qué te puedo decir Juan, el dinero cambia a la gente y seguramente, la gente cambia dinero, por lo que pronto se convirte en un pobre tipo.
Lo de señor respetable hay que verlo che!! Es decir, el respeto se forma (yo lo veo de esa manera) a través de las acciones y no del dinero, pero entiendo que para la mayoría, el dinero es el pase libre a hacer lo que se quiere, con quien se quiere, donde y como.
Triste che, pero verdad!!

Te dejo un abrazo che y me sigue pincando la espina de las conicidencias!!!

Sil

andal13 dijo...

Ma-ra-vi-llo-so!!!!
Santo Pepe no le envidia nada a Macondo, eh?
Y yo que venía a reclamarte porque hace un tiempito que no publicabas ninguna otra anécdota, y me encuentro con este tesoro de monedas de oro...

juan pascualero dijo...

El respeto,Sil como casi todo, es algo que elaboramos en nuestro cerebro.También el amor(Quizas te sirva ésto)Gracias por tu abrazo.

juan pascualero dijo...

andrea: Ya sabés cuanto me halaga tu comentario. No te abuses.

FLACA dijo...

Ya se sabe,plata fácil te volea la cabeza.Y cuando nada te cuesta ganarla tampoco nada te cuesta gastarla.
Santo Pepe da para todo; pintá tu aldea y mostrarás el mundo.
Un beso.

juan pascualero dijo...

Flaca: gracias por verlo, Es un honor

andal13 dijo...

Juan: no me abuso, es que es la sensación que me despiertan los personajes que pintás... En cierto modo me recuerdan a las anécdotas que corrían -y corren- en mi familia, que yo pienso que ni de chica me las creía mucho... y capaz que eran ciertísimas!!!
Gracias por pasar por mi casa de playa; te dejé comentario allá, porque me fascinó la anécdota de "Bosco no"!

Sil.* dijo...

Juan, usté disculpe que yo lo contradiga un poco, pero el amor no se forma en el cerebro, se siente y pa sentir hay otros órganos que no pueden pensar. Ahora, me pregunto y de puro despistada que soy, usté me está tirando pistas pa que yo me saque la espina???

Le dejo un beso así, como del interior!!

Sil.*